El dictador italiano realmente cosechó lo que sembró: odio, venganza y muerte. Sus Ultimas Palabras Antes De Morir fueron:
"¡Dispárame en el pecho!"
El contexto fue realmente una tragedia para el una vez poderoso Duce. Luego de que fue capturado por partisanos, fue condenado a morir fusilado. El militante comunista Walter Audisio, luego de leer la sentencia, sacó una ametralladora y gritó ¡Agachate!. La amante de Mussolini, Clara Petacci, hermosa y de la alta sociedad, en un acto de amor extremo se interpuso y recibió la descarga muriendo al instante. Allí fue que Mussolini se abrió la chaqueta y le dijo a Audisio que le disparara en el pecho. Recibió la descarga pero no murió al instante, Audisio se le acercó y lo remató con un disparo al corazón. Como nota curiosa, una vez, luego de uno de los tantos atentados de que fue objeto, Il Duce exclamó: "Las balas pasan, pero Mussolini permanece". Su triste final se completó con las humillaciones públicas que sufrió su cuerpo y el de su amante. Los colgaron en la Plaza Loreto de Milan. Las fotos a continuación pueden no ser aptas para personas sensibles.
Aquí en la morgue
Clara Petacci, una mujer realmente bella, jamás abandonó a Mussolini y literalmente dio su vida por él. La historia la escriben los vencedores. Desde un punto de vista político y humano, es posible que Mussolini se mereciera ese final, no soy, juez, Dios o particisano de la Italia de la preguerra para opinar pero en la lejanía del tiempo y la distancia, amparado además en mi ignorancia, realmente siento tristeza por el final de estos seres humanos.
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